Comunicación asertiva: aprender a decir lo que pensamos sin temor
Una de las habilidades más valiosas que he desarrollado como profesional en comunicación estratégica —y que más recomiendo cultivar en organizaciones del tercer sector— es la comunicación asertiva. Aprender a decir lo que pensamos, sentimos o necesitamos sin temor, sin agresividad y sin pasividad, transforma no solo nuestras relaciones laborales, sino también la cultura organizacional.
Como Magíster en comunicación y marketing político, y tras años de acompañar a equipos en contextos sensibles, puedo asegurarte que la asertividad no es una habilidad blanda: es una estrategia de liderazgo personal e institucional.
¿Qué es realmente la comunicación asertiva?
La comunicación asertiva es la capacidad de expresar tus ideas, emociones y opiniones de forma clara, respetuosa y honesta, sin atropellar al otro, pero tampoco cediendo tus propios derechos.
No se trata de «decir las cosas como vienen» sin filtro —eso suele ser agresividad disfrazada de autenticidad—, ni de callar para evitar conflictos —eso es pasividad que acumula tensiones. ¡La asertividad es el equilibrio!
“Ser asertivo es poner en valor tu voz sin silenciar la de los demás. Es comunicar desde el respeto mutuo.”
Beneficios de la comunicación asertiva
En entornos donde se trabaja con equipos multidisciplinarios, con alta carga emocional y recursos limitados, la asertividad es clave para:
- Evitar malentendidos y conflictos innecesarios.
- Fortalecer la toma de decisiones en equipo.
- Mejorar el clima laboral.
- Fomentar la confianza horizontal y vertical.
- Defender límites sanos sin culpas ni miedo.
He visto cómo una persona asertiva puede transformar un equipo entero, porque su forma de comunicarse abre la puerta a conversaciones más honestas y productivas.
Claves para desarrollar una comunicación asertiva
Aquí te comparto algunas estrategias que he utilizado tanto a nivel personal como en capacitaciones para equipos de trabajo:
🟢 1. Usa mensajes en primera persona
Evita acusar o generalizar. En lugar de decir:
❌ “Ustedes nunca me escuchan”
✔️ di: “Yo me siento ignorado cuando intento proponer ideas y no recibo respuesta”.
Esto reduce la actitud defensiva y abre espacio al diálogo.
🟢 2. Aprende a decir que no
En las instituciones muchas veces caemos en la trampa del “sí permanente” por compromiso o culpa. Pero decir que no, cuando es necesario, es un acto de honestidad que protege la calidad del trabajo y tu salud mental.
“Decir que no con respeto también es una forma de cuidarte y cuidar a los demás.”
🟢 3. Mantén el lenguaje corporal alineado con tu mensaje
No sirve de nada decir algo correcto con una mirada evasiva, un tono débil o los brazos cruzados. La asertividad se comunica también con el cuerpo: postura firme, mirada directa y voz segura.
🟢 4. Escucha activamente
Ser asertivo no es hablar más, sino comunicarse mejor. Escuchar con atención, sin interrumpir, convalidando lo que el otro expresa, es parte esencial de una comunicación equilibrada.
🟢 5. Gestiona las emociones antes de hablar
Si estás muy enojado o herido, probablemente tu mensaje no saldrá de forma asertiva. Date espacio para procesar y luego comunicar. La calma potencia la claridad.
¿Y si tengo miedo de hablar?
Este es uno de los puntos más comunes en las capacitaciones: el temor a hablar claro por miedo al rechazo, al conflicto o al juicio. La buena noticia es que la asertividad se entrena. Empieza con conversaciones pequeñas, con personas de confianza. Practica. Ensaya. Y sobre todo, recuerda que tu voz tiene valor.
“Callarse por miedo es una forma de invisibilizarse. Hablar con respeto es una forma de empoderarse.”
Hablar con claridad es un acto de liderazgo
La comunicación asertiva no solo mejora la convivencia: fortalece el liderazgo, potencia equipos y evita tensiones innecesarias. En organizaciones que buscan impactar positivamente, saber comunicarse con respeto y firmeza es tan importante como tener una causa noble.
Decir lo que piensas no te hace conflictiv@. Te hace valiente. Y necesari@.
